4 de noviembre de 2010

Cadaveres en mi mente

Se encontraba en esa fría habitación, allí completamente sola, rodeada tan solo de oscuridad, sólo la acompañaba el miedo, sus pensamientos y un silencio inmaculado...
No quería escuchar sus pensamientos, pero en ese inmenso silencio, era inevitable….Ya no podía sentirse peor, el miedo se incrementaba, al igual que la desilusión.
En su cabeza sólo podía oír las burlas de esa perfecta silueta que ella misma había fabricado, que era todo lo que quería alcanzar y ahora se reía de su creadora, de ese patético ser, de sus esperanzas desechadas, de sus sueños rotos, de sus ilusiones desvanecidas.
Quería levantarse, correr sin rumbo, escapar de todo, dejar todo atrás, huir… pero no tenía fuerzas, no podía levantarse del piso, estaba allí inmóvil rodeada por ese montón de cadáveres que no le dejaban olvidar, que sólo le permitían el recuerdo...Se sentía minúscula, aplastada, sus lágrimas recorrían su cuerpo y quemaban su piel al pasar, borraron todos aquellos besos y “te quieros” que fueron tatuados en ella… la dejaban sin nada… le rompían el alma, sepultaban sus sueños, la hacían parte del olvido...